Libertad

Siempre vamos alardeando de que somos libres, que nada ni nadie constriñe nuestras actuaciones. Aunque quizás lo único que decimos, y no alcanzamos a expresar cuando nos adjetivamos como libres, es que desconocemos el móvil que produce nuestra actuación, el impulso que lo motiva. En algunos casos incluso son motivos que te impelen a ir en contra de tu voluntad, que hacen que te vayas desdibujando de lo que aspiras a representar. Quizás por eso existan gentes que renuncien a ocupar puestos de responsabilidad, asustados por tener que obrar de manera diferente a lo que le dicte su conciencia, obligados por ciertas circunstancias. No aceptar obedecer órdenes que no vayan en consonancia de lo que eres como persona, por ese riesgo de dejar de ser tú mismo e incluso llegar a convertirte en herramienta de otro.

Posiblemente el único acto de verdadera libertad, sería hacer caso a lo que señalaran unos dados lanzados al aire. ¡Qué inconsciencia!, chillaríamos al unísono, pero, ¿las posibilidades de éxito, de verdad serían menores? ¿O simplemente nos libraríamos de la responsabilidad de haber elegido adecuadamente, y con ello, de asumir La decisión, aunque sufriéramos las consecuencias? ¿Por qué te debería de turbar lo inevitable, lo que no depende de tu concierto?