Después de leer un interesante post sobre hiperrealismo y uno de sus máximos exponentes (Leng Lun), me quedé meditando sobre si esta vertiente de la pintura pudiera ser considerada un arte o ser una burda copia de la realidad.
Tal y como se define el concepto “arte” en el diccionario (es la visión del artista de la realidad) podríamos intuir que el artista aporta a la realidad su visión de esta. Estamos acostumbrados y lógicamente aceptamos, grandes transformaciones de lo que nos muestran los sentidos y no dudamos en calificarlo como arte. En el caso que nos ocupa, pudiéramos hablar de una aportación sutil e indetectable; pero eso no quiere significar que no exista, sino que para plasmarla, además de un dominio de la técnica excepcional es necesaria una infinita sensibilidad, ya que la pretensión del artista es enseñar la realidad exactamente igual que la ve con sus ojos. No tiene sentido que valoremos más o menos un arte dependiendo del nivel de transformación de la realidad, y si esa aportación es tan sutil, respetuosa y delicada, como en el caso que nos ocupa, no lleguemos a valorarla.
En cuanto a la técnica utilizada, ese alto grado de semejanza que alcanza el artista gracias a una destreza tan depurada, pudiera tener similitudes con la fotografía, llegando a comparar la habilidad del artista en mostrar la perfección del original con la posibilidad que la ciencia ofrece en forma de cámara de fotos; la fotografía como captadora de todo (imagen, luz, aura) del mismo modo que esta modalidad de pintura. Y si el resultado es el mismo, ¿qué importa el cómo obtenerlo? Por otro lado, en la fotografía se captura un instante “real”, delimitado por los milisegundos de apertura del obturador de la cámara fotográfica, ¿cómo llegar a capturar ese instante en una obra en la que dura su realización varios meses?
Quizás la pintura al uso ensalce al artista, y la fotografía magnifique lo retratado debido a la perfección alcanzada. Pero en el hiperrealismo, al conseguir con técnicas pictóricas la total similitud con el modelo, tanto el artista como el original, quedan ensalzados a las más altas cotas.
Hay quien dice que el hiperrealismo no es arte, que tan solo es una reproducción muy bien conseguida de la realidad.
Solo hay que ver la obra de Leng Jun (Sichuan, China, 1963) para opinar lo contrario. Si hubiera sido un pintor del pasado que reprodujera escenas religiosas o épicas se le podría comparar con Miguel Ángel o Caravaggio.

Él no copia, crea de nuevo el mundo. Cuando empezó a pintar, en la escuela secundaria, en China no existían los óleos, un amigo le proporcionó las pinturas y para él fue un descubrimiento que le permitió pintar bodegones, objetos cotidianos, composiciones abstractas, para acabar con lo que él consideraba más difícil, retratar personas.


“Quiero llevar mi trabajo como artista y mis habilidades pictóricas a un nivel superior […] ¿Qué es lo más difícil de pintar? Sin duda pintar personas. Aunque me gusta pintar naturaleza muerta y materiales distintos, al estar…
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